La Cocinera Revoltosa

Al fin he vuelto!! Después de una larga temporada "desaparecida", aquí estoy de nuevo.

Debido a un par de problemas personales, he estado alejada del blog, de las recetas y de cocinar cosas nuevas.

Eso no significa que esos problemas hayan desaparecido, sino, que me he recargado de energía y aunque no esté al 100%, al menos voy a intentar publicar más a menudo.

Y como ya me estoy enrollando demasiado... ¿vamos al lío?

Supongo que más de un@ sabrá cuál es esa sensación al estar en la tienda, ver mandarinas y apetecernos más que nada en el mundo.

Comprarlas y cuando las tienes en casa, sólo te comes 2 o 3... ¿y el resto hasta completar la malla de 3 kg?

Se van dejando y dejando, hasta que hay que tirarlas porque ya están malas.

Pues ya no se tiran más, porque os traigo una receta riquísima.

Tengo que confesar, que me he pasado un poco con el chorrito de limón y me ha quedado un poco más amargo de lo que yo quería, pero la como con tostadas con margarina y problema resuelto.

Ahora sí que sí, vamos a la receta.

Ingredientes:

- 9 mandarinas (395 gr)
- 150 gr de azúcar (yo usé azúcar moreno)
- Un chorrito de limón (opcional, ya que le da acidez)

Modus operandi:

- Pelamos las mandarinas y las limpiamos de piel blanca y pepitas.
- Ponemos los gajos en una cacerola junto con el azúcar y el chorrito de limón.
- Cocinamos a fuego medio durante unos 10 minutos, mientras revolvemos y vamos aplastando los gajos.
- Introducimos la batidora, o bien sacamos la mezcla a un vaso de batir y trituramos hasta que se integre todo bien.
- Devolvemos a la cacerola y cocinamos a fuego bajo durante unos 20 - 25 minutos o hasta que tenga la consistencia de la mermelada.
- Llenamos el/los botes ya esterilizados, esperamos a que se enfríe y guardamos.